Con el paso de los años, las funciones de nuestro cuerpo experimentan cambios graduales, y el sentido del oído no es una excepción. Al igual que el cabello se vuelve gris, la pérdida auditiva suele ser un proceso lento y discreto, por lo que muchas personas pasan por alto las primeras señales de alerta. Sin embargo, ignorar estos cambios sutiles a largo plazo puede derivar en consecuencias graves, como el empeoramiento de la pérdida auditiva, bajones emocionales, aislamiento social o incluso deterioro de la memoria. Por ello, si nota alguno de los siguientes signos, es recomendable realizar una prueba de audición lo antes posible y consultar a un profesional.
- Voces de niños y mujeres se vuelven difusas
Una de las primeras señales que muchas personas perciben es que las voces de los niños o los tonos altos de las mujeres se tornan confusos. Esto ocurre porque las células del oído interno, específicamente en la cóclea, responsables de captar sonidos de alta frecuencia, son las primeras en deteriorarse. Cuando estas células pierden funcionalidad, los sonidos agudos, como el pitido de un microondas o el canto de los insectos al atardecer, pueden volverse imperceptibles. - Dificultad para comunicarse en entornos ruidosos
En lugares con mucho ruido de fondo, como supermercados o restaurantes, los sonidos de baja frecuencia suelen opacar las señales vocales de alta frecuencia. Consonantes como “f” o “s” son componentes agudos del habla, y quienes sufren pérdida auditiva tienden a captar más el ruido ambiental que el contenido de la conversación. Este problema no solo afecta la experiencia social, sino que también puede ser una advertencia temprana. - Fatiga mental tras actividades sociales
Si después de una reunión o evento con varias personas se siente agotado mentalmente, esto podría no ser solo cansancio social. El cerebro, al intentar compensar la falta de claridad auditiva, consume más energía para “rellenar” la información incompleta. Este esfuerzo adicional puede provocar agotamiento. En estos casos, es aconsejable consultar a un especialista en otología para evaluar si es necesaria una prueba de audición o el uso de audífonos para aliviar la carga. - Dependencia de señales visuales para entender
Cuando la audición empieza a fallar, es común depender inconscientemente de pistas visuales para compensar. Por ejemplo, en lugar de mantener contacto visual, puede que se fije más en los movimientos de la boca de quien habla. Este comportamiento es una respuesta del cerebro para suplir la información auditiva perdida, pero también es una señal de que el sistema auditivo podría estar comprometido. - Sensación de obstrucción en el oído
Muchas personas experimentan una sensación persistente de “oído tapado”, que a veces se atribuye erróneamente a cerumen o líquido. Sin embargo, si un médico descarta estas causas, esta molestia podría indicar pérdida auditiva, reflejando una menor sensibilidad del oído que hace que los sonidos se perciban apagados o borrosos. - Aumento constante del volumen del televisor
Si al ver televisión en casa necesita subir el volumen cada vez más para entender los diálogos, esto puede deberse a que la música de fondo y los efectos sonoros están tapando las voces. La disminución en la percepción de frecuencias altas dificulta captar detalles del habla, obligándole a compensar con un volumen más alto. Si sus familiares se quejan del ruido, es un indicio claro de que debería revisar su salud auditiva.
Conclusión
La pérdida auditiva avanza de forma gradual y sus primeras señales pueden pasar desapercibidas, pero ignorarlas a largo plazo afecta profundamente la calidad de vida. Si usted o un ser querido experimenta alguno de estos síntomas, no dude en realizar una prueba de audición y acudir a un especialista en otología para tomar medidas preventivas y proteger este valioso sentido.